Viñeta publicada en ABC el 28 de abril de 2011

Es de sobra conocida la estrategia de la banda terrorista ETA y sus organizaciones para estar presente en las elecciones municipales del 22 de mayo. Como ya lo hicieran en otros comicios, han recurrido a la figura del partido político tapadera (plan A) para esquivar a la Justicia, a la figura de la asociación con un partido político legal (plan B) por si el anterior falla, y a las agrupaciones locales de electores (plan C), como última opción. Como era de prever, el plan A, materializado en el partido político Sortu, ha sido rechazado por el Tribunal Supremo. El plan B ha consistido en aliarse con Eusko Alkartasuna para formar la coalición Bildu. Tras unos días de titubeo, el Gobierno ha ordenado a la Abogacía del Estado que solicite al Supremo la anulación de las 254 candidaturas de la coalición por su clara contaminación por elementos etarras. Lo mismo ha hecho con diecinueve agrupaciones de electores del denominado plan C que incluyen en sus listas a 60 candidatos relacionados con el mundo ETA-Batasuna. De cuál sea el resultado de estas actuaciones legales, lo sabremos en pocos días. Mingote nos presenta su personal visión de esta especie de juego del escondite. Si en ocasiones se ha utilizado la expresión caza de brujas para denunciar la persecución de los desafectos al poder establecido, en este caso la metáfora deja de serlo cuando se trata de descubrir a los violentos que se ocultan tras el disfraz de demócratas. Como con las brujas, podríamos decir que haberlos hay los.

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