Viñeta publicada en ABC, el 15 de febrero de 2010.

Comenzamos el blog con esta viñeta publicada en el diario ABC el 15 de febrero del año en curso. Entonces comentaba lo que sigue:¡Pues sí, es carnaval! (Hoy es lunes y el próximo miércoles será “de ceniza”, comienzo del tiempo litúrgico de Cuaresma) Hay que reconocerle a D. Antonio el ingenio con el que nos anuncia estos días de carnaval. Si a cualquiera de nosotros le hubieran encargado una viñeta para anunciar esta fiesta, dudo que hubiéramos sido capaces de hacerla de forma tan original (¡claro!, dirá el paciente lector, ¡porque no somos Mingote!) Viendo la escena me viene a la cabeza la archiconocida expresión “el que no se consuela es porque no quiere”. El pobre náufrago “ve” caer confeti del cielo, como algunos políticos ven “brotes verdes” donde sólo hay cardos “borriqueros”, o como ven signos esperanzadores donde solo hay interminables listas de paro, o pronostican la pujanza de la economía ante incontables carteles con un solo mensaje: “se vende”. Y es que todo humano que se encuentra en situación crítica es capaz de aferrarse a “un clavo ardiendo”, como se dice en plan coloquial. Si el náufrago se aferra a la visión del confeti, el Gobierno se aferra a la primera tabla de salvación que encuentra; lo de menos es el rigor en el pronóstico: lo importante es cuidar la imagen y, para ello, si hay que mentir se miente. ¡Qué diferencia de esa otra actitud que pretende trasmitir confianza y para ello lo primero que hace es decir la verdad! Con ese punto de partida, los ciudadanos comprenderían el mensaje de optimismo a pesar de la dificultad. Fue Wiston Churchill, Premier del gobierno británico, quien no sólo no ocultó a su pueblo la gravedad de la situación que se sobre el mismo se cernía, sino que tuvo la valentía de afirmar: «No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor».[1] Y así le fue a Inglaterra. Salvando las distancias de tiempo, enemigo y lugar ¿cómo le irá a España con su “Premier” particular?

[1] Discurso de Churchill a la Cámara de los Comunes. 13 de mayo de 1940